Guernica: el experimento del horror
El 26 de abril de 1937 cayó en lunes, el día en que la mayoría de los vascos acostumbraba a ir de compras al mercado. Era una jornada espléndida, luminosa y sin viento. La villa que había sido fundada por el infante don Tello, conde de Vizcaya y hermanastro del rey Pedro I de Castilla, iba a cumplir 571 años dos días después. Su nombre procedía de “Gernikazarra” (Guernica la Vieja), un robledal situado sobre la colina, no lejos de la ermita de Nuestra Señora Santa María la Antigua, donde el señorío de Vizcaya celebraba tradicionalmente sus Juntas Generales. El rey Fernando el Católico había jurado los fueros el 30 de julio de 1476 bajo el árbol de las libertades vascas, que, según el poeta, “no daba cobijo a confesos ni traidores”.