Comienza a circular intensamente en la opinión pública que el pujoletazo puede salpicar a Artur Mas. A nadie sorprendería, desde luego, que el heredero político de Pujol y de su familia estuviera -de un modo u otro- también pringado con negocios tan millonarios como ilegales. Recuérdese que el padre de Pujol se murió tras haberse enriquecido, entre otros asuntos, con trasiegos de dinero fuera de España. Algo similar a tales trasiegos le ocurrió a Artur Mas, según la reciente versión deEl Mundo, el periódico que -nos guste o no- contribuyó poderosamente a destapar la cara oscura del pujolismo.