16 muertos. Cuando aún respiraban, habian salido junto con cientos de compañeros republicanos reclusos de las prisiones del entorno –sobre todo de la Central de Valdenoceda– para redimir condena en los destacamentos penales que las autoridades franquistas constituyeron para construir el tunel de La Engaña, la mayor perforación nunca hecha hasta ese entonces en España y cuya dimensión –7.000 metros– sólo 75 años después se vio sobrepasada por las de los túneles de Atocha-Cuatro Vientos y Barcelona. De 1941 a 1945 estuvieron los presos forzados trabajando en este tunel entre Cantabria y Burgos bajo condiciones penosísimas, a fuerza de brazo, sin mascarillas, barrenando en seco y casi sin maquinaria de ningún tipo, como esclavos efectivos de la empresa Ferrocarriles y Construcciones ABC.