Josep Subirats ha sido casi de todo, desde preso en los batallones de penados del franquismo, hasta periodista y director de un diario e incluso senador en la primera legislatura democrática. A sus 95 años, su lucidez asombra. Tiene recuerdos imborrables y nítidos en la memoria. En un piso céntrico de Barcelona, en el barrio de Sagrada Familia vive junto a su hija. Su despacho es el sitio de recreo más importante para Josep. Entre los miles de papeles que guarda como tesoro en este increíble rincón nos permite hablar con él durante una extensa hora para contarnos sus hazañas.