Lo de estos señores de las tarjetas de Caja Madrid y Bankia parece como esos concursos en que el premio consiste en ver si eres capaz de gastarte diez mil euros en veinticuatro horas. Éstos se los pulían en media hora y todos los días. Aparte, claro, de los sueldos millonarios, fondos de pensiones – que ésa es otra -, y tarjetas oficiales con las que solo podían disponer de 9.000 euros al mes.