Preguntas y respuestas sobre los prisioneros españoles que pasaron años en los campos de concentración alemanes.
Quiénes y cuántos eran, cómo llegaron allí y cómo los categorizaban los nazis.
Preguntas y respuestas sobre los prisioneros españoles que pasaron años en los campos de concentración alemanes.
Quiénes y cuántos eran, cómo llegaron allí y cómo los categorizaban los nazis.
Este 2015 se cumplen 70 años de la liberación de los campos de concentración nazis y 75 de la llegada de los primeros prisioneros republicanos a Mauthausen. Por este motivo, eldiario.es ha abierto este espacio dedicado a la historia y la memoria de los más de 9.000 españoles y españolas que acabaron entre las alambradas de Buchenwald, Dachau, Ravensbrück o Mauthausen. Cerca de 5.500 de ellos solo pudieron salir de allí convertidos en humo y cenizas.
Pablo Iglesias instaba al pueblo trabajador en 1914 a la acción política, imprescindible según él para limitar el poder ilegitimo del “elemento clerical”, del militarismo y el caciquismo, dignificar el sufragio falsificado y lograr que “los hombres que ocupan el Poder no se burlen, como hoy hacen, de este país”. Era una llamada al activismo político para corregir graves males originados por la estructura social y económica, la clase política incompetente y el sistema de la Restauración canovista, cobijado por la Constitución de 1876. En el registro de nuestra historia encontramos verificada esta llamada pablista a la acción política en varias ocasiones memorables, como la Huelga y crisis de 1917, la movilización que trajo la II República y el despertar de la Transición democrática, que no fue un simple pacto por las alturas entre minorías, sino fundamentalmente el resultado de un proceso en que el pueblo español había recobrado la memoria antifranquista y tomado la palabra exigiendo respuestas y satisfacción a sus demandas de libertad, justicia y democracia.
Archiva la querella de supervivientes de campos de concentración del III Reich en aplicación de la limitación de la justicia universal y no investiga el exterminio de miles de españoles.
En España, 2015 va a ser el año del cambio político e institucional. La incógnita es su profundidad, las características del nuevo ciclo sociopolítico y sus consecuencias sociales y económicas. Existen datos que vienen anunciando esta tendencia transformadora: fuerte desgaste del PP, falta de suficiente credibilidad del PSOE y amplitud de un electorado indignado con el ascenso del voto estimado a Podemos. Ha entrado en declive el bipartidismo y la simple alternancia de la gestión gubernamental entre los dos partidos representativos del establishment, y se consolida una dinámica alternativa.
En un auto de 17 páginas, el magistrado señala a Miquel Roca, de quien dice que «ha difundido incansablemente ante los medios su criterio de la aplicación de la doctrina Botín»
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica gana el Premio de Derechos Humanos concedido por la Asociación de los Archivos de la Brigada Lincoln.
Felipe VI ha evocado en su primer mensaje navideño -y con legítimo orgullo- el episodio ciertamente importante de la abdicación de Juan Carlos I durante el pasado mes de junio. Ha dicho el actual Rey: “España se dio a sí misma y al mundo un ejemplo de seriedad y dignidad en el desarrollo del proceso de abdicación de mi padre (…) y de mi proclamación como Rey; todo ello de acuerdo con nuestra Constitución”.
Comienza a circular intensamente en la opinión pública que el pujoletazo puede salpicar a Artur Mas. A nadie sorprendería, desde luego, que el heredero político de Pujol y de su familia estuviera -de un modo u otro- también pringado con negocios tan millonarios como ilegales. Recuérdese que el padre de Pujol se murió tras haberse enriquecido, entre otros asuntos, con trasiegos de dinero fuera de España. Algo similar a tales trasiegos le ocurrió a Artur Mas, según la reciente versión deEl Mundo, el periódico que -nos guste o no- contribuyó poderosamente a destapar la cara oscura del pujolismo.