En julio de 2014 se procedió a la exhumación de las fosas comunes del monte de Estépar (Burgos), después de varios años de trabajo recopilando testimonios orales de familiares de las víctimas que se presupone fueron asesinadas en el monte, entrevistas a vecinos de la comarca y consulta de archivos de carácter civil y militar.
Se piensa que en el monte de Estépar y alrededores puede haber entre 300 y 400 víctimas.
Se lograron descubrir 60 cuerpos en las tres fosas excavadas, algunos cuerpos parece que estuvieran atados, en otra fosa no, recibieron tiro de bala, unos de fusil y otros de pistola, apareciendo la mayoría de los cuerpos con el cráneo fracturado, con orificio del impacto de los proyectiles.
Este breve reportaje es un resumen de los trabajos de exhumación de las fosas comunes realizado y el posterior homenaje rendido posteriormente por familiares de los asesinados, personas y colectivos que se acercaron a estas fosas.
Otro ayuntamiento vuelve a tomar la delantera al Gobierno Foral al financiar una investigación en torno a una fosa con personas fusiladas en el monte Ezkaba en 1938. El pasado mes de enero fue el Valle de Egüés y, ahora, el Consistorio de Berriozar el que se ha decidido a aportar unos 5.000 euros para excavar en un punto de este municipio navarro en el que, según testimonios de diversos vecinos, se enterró a entre cuatro y cinco prisioneros que habían participado en la llamada fuga del fuerte de San Cristóbal y, después, fueron fusilados. Por el momento, las investigaciones han permitido confirmar restos de dos de ellos, pero está previsto que los trabajos continúen desde las 09:30 horas del viernes.
De Archibald Dickson hasta hace pocos años apenas sabíamos nada, incluso se dudaba de su nombre. Lo que sí quedó para la historia fue su labor humanitaria como patrón del Stanbrook, el carguero que recogió en el Puerto de Alicante a casi 3.000 personas en el final de la Guerra Civil salvándolas de los bombardeos.
Comunistas y más comunistas abundan sobremanera en las fotos y en los textos de TODOS LOS ROSTROS. Eso sí, durante la maldita «guerra» y los primeros años 40, los asesinados, prisioneros y exiliados eran antifranquistas de todo orden y pelaje: libertarios y marxistas del POUM, anarquistas, socialistas de Prieto o de Largo, miembros de Unión Republicana, seguidores de Izquierda Republicana… y comunistas de la más diversa condición. …
Harto está ya uno de ciertos novelistas que recurren a la historia falseándola, desde aquel Fernando Marías que fabuló sobre un Lorca que no habría muerto hasta un Trapiello que cree que la literatura está por encima de la historia. Dice Cercas que “memoria histórica” es un oxímoron, dos palabras que juntas expresan algo difícil o imposible de unir. …
Al menos 600 argentinos cruzaron el Atlántico para defender la República durante la guerra civil española, algunos murieron, otros fueron encarcelados y casi todos cayeron en un olvido del que han sido rescatados por un grupo de historiadores locales empeñados en recuperar su memoria.
Sus historias han sido recogidas en el libro Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española, elaborado por un equipo de investigadores de Mar del Plata, a unos 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Los brigadistas argentinos, explica el historiador y coautor del libro, Jerónimo Boragina, integraron el segundo mayor contingente de voluntarios latinoamericanos en defensa de la República, sólo superados por los cubanos, unos 1.200.
El grueso terminó en la Brigada Lincoln, encabezada por estadounidenses, canadienses e ingleses, y una minoría se incorporó al ejército republicano.
Aunque cientos murieron y fueron heridos en la guerra, muy poco -lamenta el historiador- se ha hablado del papel de los brigadistas latinoamericanos.
Los que regresaron a Argentina enfrentaron acusaciones y procesos judiciales, aunque, según explica el historiador, nunca fueron sentenciados.
Muchos se integraron en asociaciones de veteranos vertebradas en torno al Centro Republicano Español y mantuvieron su lucha contra el franquismo y en defensa de la liberación de sus compañeros presos.
Sólo tres: Luis Alberto Quesada, Juan Arhaucet y Manuel Villar, fueron condenados a muerte o cadena perpetua por la dictadura y liberados por intermediación del gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962) ante el régimen franquista.
Quesada, 16 años
Quesada, nacido en Argentina de padres españoles, se enroló en el ejército republicano con 16 años y llegó a ser el comisario de brigada más joven de España.
Luchó durante tres años en el frente y, tras el triunfo del bando nacional, fue internado en un campo de concentración en Francia; combatió con la Resistencia hasta que regresó a España, donde fue traicionado, detenido y condenado a muerte.
Las gestiones de su familia en Argentina y la presión internacional lograron que se conmutara la pena por cadena perpetua.
En España fue traicionado, detenido y condenado a muerte Pasó 13 años en cárceles españolas, la mayor parte en el penal central de Burgos, en el que desplegó una intensa actividad cultural y participó en el grupo La Aldaba, que elaboraba revistas clandestinas.
Tras su liberación, fue condenado al destierro perpetuo y regresó a Argentina.
Ponferrada inaugurará esta semana la calle ‘5 de junio’, donde se ubica la casa en la que fueron asesinados tres guerrilleros y dos enlaces hace 70 años.
Dos episodios históricos siguen dando forma a la imagen que los franceses tienen de sí mismos: la Revolución de 1789 y la liberaciónposterior a la ocupación nazi en 1944. Pero no todos sus antepasados fueron aguerridos sans-culottes y, aún menos, héroes clandestinos de la Resistencia. Quienes se situaban en el bando contrario fueron eliminados durante décadas de la memoria colectiva, con la vana esperanza de hacer desaparecer ese incómodo recuerdo, hasta que la verdad histórica terminó por resurgir. En el marco del 70º aniversario de la Liberación, Francia ha decidido ceder tiempo y espacio para recordar a quienes colaboraron con el nazismo, a través de una exposición que cuenta con 300 documentos inéditos.