Noche del 7 de agosto de 1936. Las tropas rebeldes se encontraban a pocos kilómetros de Zafra (Badajoz). Habían tomado el pueblo más cercano, Los Santos de Maimona, en la carretera general entre Sevilla y Badajoz, tras haber machacado con el bombardeo de la aviación a los milicianos de Puigdéndolas. Con cerca de 300 bajas, su entusiasmo y su arrojo no habían sido suficientes para frenar a unastropas experimentadas en el combate.