LA CRUZ DE LOS CAIDOS EN CÓRDOBA DEBE DESAPARECER
En la ciudad de Córdoba, en un lugar significado por las instituciones que en ella se sitúan (Delegación del Gobierno, Juzgados…), y cerca de la Plaza de La Constitución, se erige ese símbolo del martirologio franquista que es la cruz de los caídos. Todavía. A pesar de la Ley conocida como de la Memoria Histórica (52 / 2007); a pesar de ser la capital de provincia regida durante más años por la izquierda (IU y PSOE); a pesar, también, de las campañas llevadas a cabo por entidades memorialistas que no sólo la encuentran ofensiva, sino ilegal desde la entrada en vigor de dicha Ley. Al parecer, la eliminación del águila preconstitucional y un texto que hacía referencia a la guerra civil se consideró suficiente, tanto por el anterior como por el actual equipo de gobierno, para conservarlo.
Sin embargo, el lugar seguirá estando connotado por la imagen principal (la cruz, los años en números romanos que duró “la guerra”…), pero sobretodo porque está asociada a lo que realmente es: la victoria del golpe militar que dio lugar al Estado franquista, y todo lo que ello comportó de represión brutal sobre el pueblo.
Pero no podemos dar por zanjada la cuestión mientras siga ahí. Y no valdrán las excusas que puedan poner como telón de fondo la crisis económica y las prioridades que se deriva; o que se podría haber hecho antes por equipos de gobierno más afines… ¿a qué? ¿al Estado democrático y social como dice la Constitución que da nombre a la Plaza de al lado? ¿Acaso no va con ellos los principios constitucionales?
Las entidades memorialistas que suscriben este comunicado consideran una falta de respeto democrático que persistan símbolos en los espacios públicos, y en sus denominaciones, que faltan a la verdad y a los valores que representa la actual sociedad. No se puede exaltar mediante símbolos ideas y personas que representan un periodo negro de la historia más reciente. No ocurre en ningún país europeo donde han existido gobiernos autoritarios, totalitarios o dictaduras semejantes y no podemos permitir que en esto España también sea diferente. El espacio público, por el contrario, debe representar los valores de una sociedad democrática, y eso es incompatible con cualquier tipo de simbología que representen al Franquismo en nuestros jardines, calles y plazas.