Paco Arias Gómez

 

Per José Fernández Segura
Entrevista elaborada el 22 de marzo de 1996

Francisco Arias Gómez nació en Benamejí el 30 de julio de 1936 en el seno de una familia muy numerosa –ocho hermanos- de profundas convicciones religiosas y de ideología conservadora.  Su evolución religiosa fue muy diferente a la de su familia que, mayoritariamente, estaba vinculada al Opus Dei. Paco Arias entendía la fe de otra manera.

Yo entiendo que el ser creyente es comprometerse con los que sufren, sufrir con ellos y luchar por la liberación de la humanidad. Ellos, creo entender, que la entienden de una forma cómoda, aburguesada, vivir bien ellos como familia sin preocuparse del resto.[1]

Emigró a Catalunya y se casó con Rosario Doblas –Rosarito- el 26 de Noviembre de 1961, fijando su residencia en Cornellà de Llobregat.  Gracias al apoyo de su mujer pudo desarrollar una intensa militancia política y sindical.  El matrimonio Arias-Doblas tuvo cinco hijas.

Mi pareja, mi mujer, en ningún momento me presionó, o me condicionó para que yo no tuviera la actividad, tanto a nivel creyente como a nivel político o sindical, sino que fue todo lo contrario. Es decir, para mi,  fue un sostén que me ayudó en todo momento y que entre los dos tiramos las cosas para adelante en todo momento. Es decir, que si yo estaba comprometido al nivel que fuera, ella participaba conmigo y entre los dos tirábamos las cosas para adelante.[2]

Siempre se ha declarado católico y comunista. Fue cofundador de Comisiones Obreras en la Comarca del Baix Llobregat, militante de Bandera Roja y del PSUC.

Hizo los estudios primarios en una escuela pública en Benamejí y empezó a trabajar en el campo a los doce años.  Unos años después se preparó para entrar como radiotelegrafista en la Fuerza Aéreas Españolas.  Estuvo destinado en la Escuela de Reactores en Talavera la Real en donde permaneció, aproximadamente, cuatro años. Después de licenciarse, llegó a Barcelona el seis de Enero de 1960.  En el tiempo que estuvo en la Fuerzas Armadas pudo comprobar que aquella vida sólo le creaba contradicciones ideológicas que compensaba con su dedicación a la formación de los analfabetos que hacían el servicio militar.

El primer empleo que tuvo en Cornellà fue el de albañil trabajando en la construcción de los pisos que en esos momentos se estaban construyendo en Sant Ildefons (La Satélite). Fue un cambio muy duro, no sólo por la naturaleza del trabajo,  sino por el del salario que disminuyó considerablemente. Después de trabajar un año en la construcción, realizó cursos de formación profesional en el ramo del metal. Aprendió a trabajar el hierro, la soldadura eléctrica y autógena y entró a trabajar en MACOSA como oficial de tercera. Después de un año en esta empresa, realizó unas pruebas de calderería y entró a trabajar en Nerpi, empresa ubicada en Cornellà de Llobregat en la que permaneció, aproximadamente, tres años. El motivo por el cual tuvo que salir de Nerpi fue debido a un conflicto laboral.

A mitad de los años sesenta, Paco Arias ya había entrado en contacto con la HOAC y había hecho algunos de los cursos que se impartían en este movimiento apostólico obrero. Todo fue posible porque conoció en unos cursillos de cristiandad,  que estaban de moda en esos momentos,  a algunos compañeros -Lluís Domènech, Joaquim Junyent y Antonio Baldovinos y algunos otros que lo invitaron a hacer los cursos de la HOAC.  Durante los años sesenta, Paco Arias desarrolló una intensa militancia en la HOAC donde llegó a ser el Presidente de este movimiento apostólico obrero en la comarca del Baix Llobregat que llegó a tener más de doscientos militantes.

Después de salir de Nerpi, se hizo autónomo y creó su propia empresa de confección.  Fue una experiencia que no resultó y, por consejo de su compañero de la HOAC, Gregorio Herrero, se planteó cerrar su empresa y entró a trabajar en COESME, empresa de calderería ubicada en el barrio Almeda de Cornellà.  En esta empresa, Paco Arias vivió innumerables conflictos laborales y, además, las condiciones laborales le afectaron a los oídos. Todo ello motivó que estuviera poco tiempo en esta empresa, poco menos de un año.  Posteriormente,  por mediación del Sr. Ordaz, que fue director del Banco Sabadell, y de unos compañeros de Comisiones Obreras, entró en Pirelli.  Para poder entrar en esta empresa tuvo simular que nunca había trabajado en una empresa. En esos momentos, Paco Arias ya estaba fichado por la Guardia Civil y tuvo que destruir la cartilla de la Seguridad Social para que Pirelli no tuviera ningún dato que le pudiera relacionar con su militancia sindical y política.  En Pirelli trabajó durante 17 años hasta que le concedieron la invalidez por enfermedad laboral.  En esta empresa Paco desarrolló una intensa actividad sindical en el seno de CCOO.

Cuando entré en Pirelli, lo primero que hicimos fue organizar CCOO dentro de la fábrica (…) Posteriormente creamos el grupo del PSUC en el que llegaron a militar 23 compañeros y muchos más en Comisiones Obreras. En la clandestinidad estábamos por lo menos 60 o 70 personas organizadas dentro de CCOO y participábamos en las reuniones que se hacían a nivel comarcal. (…) En Pirelli  hacíamos reuniones para elegir al  compañero que había de asistir a estas reuniones comarcales. CCOO en Pirelli se organizó muy bien (…) Yo no participé en las elecciones sindicales después de 1966 porque se llegó al acuerdo entre el mismo comité de empresa que yo no participara en las elecciones porque yo me tenía que quedar como persona que aglutinara CCOO dentro de Pirelli (…) Entre los enlaces y jurados estaban Joan Estrada y Amalio García que eran de la ACO y el resto eran militantes del PSUC o simpatizantes. Entre estos estaban José Fuentes,  el Garrido,  el Pérez, el Prieto y algunos más. (…)  La gente que había como representación legal dentro de Pirelli eran todos de CCOO.(…)  Entonces UGT no existía, allí no existía la UGT y mucho menos en tiempos de la clandestinidad. Luego, después se organizó UGT dentro de la PirelliI, que fue un caso muy gracioso, que, por ejemplo, el responsable sindical de la sesión sindical de la UGT en Pirelli era una persona que había estado toda su vida militando en la Falange, un tal Juan Alonso.(…) Era uno de los que nunca paró y de los que, junto a otro que luego también fue de la dirección de UGT, eran dos personas que se dedicaban a ir cada día al sindicato vertical a denunciar lo que habíamos en las Asambleas que celebrábamos en Pirelli, porque en Pirelli habíamos cogido la táctica de hacer asambleas casi todos los días de todo lo que ocurría tanto a nivel social como político o sindical. [3]

Según el testimonio de Paco Arias, este modelo de acción sindical se extendió a otras empresas como Laforsa, Siemens, Roca y otras empresas importantes de la comarca del Baix Llobregat. Era tal la fuerza de Comisiones Obreras que se llegaron a copar todos los cargos de la CNS y dispusieron abiertamente de sus locales para celebrar reuniones a las que, en ocasiones,  acudían miles de obreros y obreras. 

Paco Arias también participó en la Asociación de Vecinos de Sant Ildefons de Cornellà junto  Federico Prieto que fue su Presidente y el primer alcalde democrático de Cornellà en las listas del PSUC.

El ámbito de la educación tampoco fue ajeno a la actividad de Paco Arias. En el barrio de Riera contribuyó a la fundación de una pequeña cooperativa impulsada por dos padres –Paco Arias y Gregorio- , junto con los maestros Ángel e Isidoro. Fue una experiencia corta en el tiempo pero muy rica e interesante bajo el punto de vista social y pedagógico. Finalmente se tuvo que cerrar por presiones gubernamentales y del propio Ayuntamiento. Posteriormente, Paco Arias fue uno de los impulsores de las Asociaciones de Padres empezando por la del colegio Antoni Gaudí a donde iban sus hijas.  También fue Presidente de la Asociación de Padres del Colegio de Sant Miquel en donde, con la colaboración del claustro de profesores, desarrolló un intensa actividad.

A mitad de los años sesenta las relaciones entre militantes obreros católicos y comunistas del PSUC fueron el embrión a partir del cual se desarrollaron las Comisiones Obreras en la comarca del Baix Llobregat. La llegada de Joan García-Nieto a Cornellà y su vinculación a los militantes obreros católicos impulsó estas relaciones. Paco Arias y Joan N. García-Nieto, junto con otros compañeros, fueron el núcleo sobre el cual se desarrolló un activo grupo de militantes que lucharon en el campo sindical, político y vecinal.  En todo esto proceso,  la formación constituyó un elemento fundamental de sensibilización y de movilización. Paco Arias también participó en todas estas actividades formativas que fueron impulsadas por el párroco de Almeda y consiliario de la ACO y de la JOC, Oleguer Bellavista i Bou.

Como obrero católico, las relaciones con la jerarquía fueron conflictivas. La visita del arzobispo Marcelo González Martín a Cornellà no estuvo exenta  de tensión. En la  celebración de la Eucaristía en el cine Avenida de Sant Ildefons un grupo de jóvenes católicos leyó un manifiesto en el que se denunciaban las condiciones de vida de los vecinos. El joven que leyó el manifiesto era hijo de Joan Estrada, trabajador de Pirelli,  militante de la ACO y de Comisiones Obreras.

A finales de los años sesenta e inicio de los setenta, la gran mayoría de los militantes de la HOAC de Cornellà fundaron la Comunidad Cristiana que actualmente se llama Comunidad Cristiana Joan García-Nieto de Cornellá como homenaje y recuerdo al que fue uno de sus fundadores. Paco Arias fue uno de los impulsores de esta comunidad cristiana. Tanto para él como para otros compañeros y compañeras de la HOAC no tenía sentido continuar en el movimiento y optaron por formar la Comunidad Cristiana y desarrollar su compromiso sindical en el seno de Comisiones Obreras.

La estrecha vinculación de Paco Arias con Alfonso Carlos Comín y Joan N. García-Nieto tanto en el plano religioso como sindical y político tuvo como consecuencia que él también fuera uno de los fundadores de Cristianos por el Socialismo en Catalunya y España. Era el año 1973 y la experiencia del gobierno socialista en Chile, donde estaban comprometidos muchos cristianos,  tuvo una influencia decisiva en círculos católicos de aquí.  Para Paco Arias fue fundamental la aportación de los militantes católicos al conjunto del movimiento obrero.

La aportación de los cristianos la valoro de una forma positiva porque fuimos gente que adquirimos una consciencia de clase clarísima, sabíamos lo qué queríamos, sabíamos a dónde íbamos y a qué nos exponíamos. Es decir, esto para mi es una cuestión importante de recalcar, por el hecho de que los militantes cristianos -ésta es mi experiencia personal- los militantes cristianos que nos metimos de lleno dentro de CCOO, fuimos gente que lo hicimos de forma muy consciente (…) Nuestra aportación al movimiento obrero, fue una aportación, no solamente ya como cuadro sindical, que la habíamos adquirido por medio de la formación del plan cíclico de la HOAC, sino también por lo que anteriormente habíamos adquirido en el SOC, que adquirimos una formación teórica sindical, sino que al mismo tiempo aportábamos unos valores como personas (…). Fue una aportación muy positiva. Fue una aportación que contribuyó a la distensión o a limar las diferencias que se daban, o los recelos que se daban entre la clase trabajadora no creyente hacia la Iglesia.[4]

Esta valoración también era compartida por compañeros no creyentes como era el caso de Paco Ruiz Acevedo.

Había un compañero muy teórico que se llamaba Francisco Ruiz Acevedo que era un miembro del PSUC y uno de los impulsores de CCOO en la comarca, y era un hombre muy detallista y siempre le gustaba resaltar la colaboración de los creyentes en el movimiento obrero que se estaba dando en Catalunya[5].

Paco Arias fue cofundador de las Comisiones de Barrios y Fábricas y de la organización Bandera Roja en la comarca del Baix Llobregat.  Los grupos de militantes organizados en torno a estas organizaciones tuvieron una fuerza considerable en la comarca, fundamentalmente en el movimiento vecinal.  Algunos de los militantes que acompañaron a Paco Arias en estos grupos fueron Benigno Martínez, Santiago Moreno, Pere Caldes, Emilio García, Pedro Córdoba, Manuela García y Antonia Castellana, entre otros.

En el momento de la entrevista estaba en situación de jubilado  como consecuencia de una enfermedad auditiva que le inhabilitó laboralmente pero continuaba su actividad social y política.  



[1] Francisco Arias Gómez. Entrevista del 22 de Marzo de 1996. Archivo personal de José Fernández Segura.

[2] Ibídem.

[3] Ibídem.

[4] Ibídem.

[5] Ibídem.

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