Manuel López Lozano

 

Nací en Barcelona el 11 de octubre de 1942 porque mi padre estaba destinado allí de forma provisional, ya que tanto él como mi madre eran cordobeses.

A los 4 años me volvieron a llevar a Córdoba; lugar en donde curse estudios hasta los 11 años en que tuve que ponerme trabajar para ayudar a la economía familiar.

Teniendo 18 años volvimos a Barcelona. Aquí seguí trabajando y estudiando. Me casé en 1964, me trasladé a Abrera en 1965, mi primer hijo nació en 1966 y el segundo en 1970. Coincidiendo con el nacimiento de mi segundo hijo accedí a la Universidad, comencé a interesarme intensamente por la política y fui cofundador de una revista local llamada “Magarola”, apoyada por la parroquia y en la que se escribía sobre las preocupaciones culturales y políticas de la población, intentando no sobrepasar determinadas líneas para no sufrir la correspondiente represión; cosa que no siempre se consiguió, ya que desde el Ayuntamiento se nos llamaba constantemente la atención y un par de veces el cura y yo hubimos de comparecer ante el delegado de prensa del régimen por algún artículo en el que habíamos sobrepasado lo admisible por aquel entonces.

En medio de lo anterior trabé amistad con Germán González, un chileno casado con una española, hija de unos exiliados que habían vuelto a España sobre el año 1966. Éramos compañeros de trabajo en la empresa Sangrá fabricante de sanitarios. El pertenecía al partido comunista chileno y, debido al régimen imperante en España, tardó un tiempo en  manifestarme sus ideas con las que yo no coincidía por aquel entonces, aunque poco a poco me fue haciendo ver lo que significaban sus ideas. Recuerdo que en 1968 algunos técnicos y encargados nos declaramos en huelga para que se nos rebajara el horario laboral de 57 horas semanales y conseguimos que se rebajara a 47,5 horas, pese a las presiones y deserciones que hubieron. Germán fue despedido, aunque admitido tiempo más tarde, y no consintió que nosotros siguiésemos con la huelga que iniciamos para su readmisión.

Desde el año 1971 compatibilicé el trabajo con los estudios universitarios, con los escritos en la revista local y con las denuncias del Ayuntamiento ante el Gobernador Civil (cargo que conllevaba el de Director General de Urbanismo) por las infracciones urbanísticas que estaban cometiendo algunos concejales en provecho propio, tales como edificaciones de muchas alturas en zonas carentes de planificación. Por ello fue que me decidí a presentarme a las únicas elecciones en las que por aquel entonces podía hacerlo, por el tercio familiar. Para ello se necesitaba el aval de dos o más personas que fueran o hubiesen sido concejales. No me costó encontrarlos en algunos que lo habían sido forzosamente, como algunas veces era costumbre. Apoyado por los integrantes de la revista Magarola y por otros amigos, además de estudiarme todo la legislación de Régimen Local relativa a las elecciones, me presenté como candidato a las de noviembre de 1973. El Ayuntamiento presentó a su candidato al que logramos vencer por 73 a 27% de los votos emitidos por los cabezas de familia.

En febrero de 1974 tomé posesión del cargo de concejal haciendo una oposición como convenía y continuando presentando denuncias ante el Gobierno Civil. En mayo de 1975 fue destituido el Alcalde, con posterioridad el pseudo-técnico municipal que informaba las licencias ilegales de obras y finalmente se trasladó al secretario municipal, que consentía los desmanes urbanísticos. En aquel entonces Abrera era una mini-Marbella, con 30 años de antelación a lo ocurrido ahora en esta. El gobernador civil (Martin Villa) puso a un nuevo Alcalde y este a un Secretario, se sometió al Ayuntamiento a tutela urbanística y se acabaron las ilegalidades. El entonces concejal de urbanismo dimitió, ya no había tela que cortar.

Me afilié a CCOO en 1976, a través de Arjona, vecino de Abrera y trabajador de Solvay,  no sin antes pasar el examen previo de Romero, representante sindical de CCOO en Sangrá, habida cuenta que yo era jefe de una oficina técnica y no se comprendía que interés podía tener en afiliarme a un sindicato cuando se suponía que yo debía defender los intereses de la empresa. La desconfianza podía tener su lógica, aunque yo entendía que era compatible hacer bien mi trabajo y defender los intereses de los trabajadores, al fin y al cabo, aunque con una determinada cualificación, yo era un trabajador. Intenté presentarme a las elecciones sindicales y romero me dijo que no lo hiciera porque los compañeros no lo entendían; por otra parte, la empresa me presionaba para que no lo hiciera. Tuve que conformarme con apoyar y cotizar.

Me afilie también al PSUC en 1976, en donde rápidamente se me endosó el llevar las finanzas de la agrupación, como creo que la llamábamos. Había participado por mi cuenta, a través de unos amigos, en algunas manifestaciones y continué haciéndolo, pero no sufrí ninguna “incidencia”. Deje de militar en el PSUC en 1981 tras el 5º Congreso y el lío que se armó entre prosoviéticos, leninistas y eurocomunistas, hubieron algunas jugadas sucias que no me gustaron.

En el Ayuntamiento, creo recordar que fue en 1976 se fundó la Asociación de vecinos Tramontana de la que yo fui miembro. En ese mismo año el Alcalde creó, por presión popular y del secretario del Ayuntamiento y mía, la llamada “Comisión Mixta Informativa”, compuesta por todas las asociaciones políticas, sindicales, culturales, etc. que quisieron integrarla. Su función era la de emitir un informe vinculante sobre los temas a tratar por el Pleno del Ayuntamiento. Fue un gran paso, ya que las primeras elecciones democráticas municipales no se celebraron, como se sabe, hasta abril de 1979.

Llegado 1979, para las elecciones municipales de Abrera se formó una candidatura compuesta por militantes del PSUC e independientes a la que denominamos “Entesa Municipal de Abrera.  También se presentaron CiU y la ORT apoyada por el PSC, que no tuvo candidatura en estas elecciones, pero que algunos de sus miembros había tenido roces conmigo, unos por cuestiones relacionadas con el urbanismo y otros por discrepancias políticas. Celebradas las elecciones la Entesa obtuvo 6 concejales CiU 4 y la ORT 2. Se pactó un Gobierno tripartito y fui elegido Alcalde con 9 votos a favor y 2 en blanco.

El 30 de julio de 1979 unos compañeros de  CC.OO. me piden que haga de intermediario entre los trabajadores de la empresa K-Mobel, situada en el Polígono Industrial de Can Sucarrats, y la Guardia Civil. Desplazado al lugar me encuentro con que la Guardia Civil tiene rodeadas las naves de la empresa con unos 30 efectivos habida cuenta que los trabajadores tienen secuestrados en el interior a dos administrativos y al gerente como medida de presión para que se les paguen tres semanas de sueldo  y la paga de julio que se les adeuda. Hablo con la Guardia Civil y con los trabajadores y consigo que estos últimos liberen a los rehenes y que el gerente se quede, voluntariamente, para tratar de solventar el problema de pago con los socios. Estoy permanentemente en contacto con las fuerzas que rodean las naves, con el gobernador civil y con el teniente coronel de la Comandancia, quién, en la última conversación telefónica, dice que ha dado la orden de que la Guardia Civil abandone el lugar. Durante esta última conversación hay un guardia civil que, intentando forzar una puerta de entrada, dispara un tiro y me hiere, me deslizo de la silla como un muñeco, caigo al suelo y soy trasladado al hospital. Como consecuencia de las heridas quedó  parapléjico estando casado, como ya he dicho, siendo padre de dos hijos y con la mujer embarazada de siete meses. El guardia civil fue juzgado por la Audiencia Provincial en marzo de 1981 y, declarado culpable de una falta por negligencia simple, es condenado a la pena de 30 días de arresto menor.

Yo que obtuve la licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales en 1978, aunque venía ejerciendo de hecho como tal en la empresa desde hacía varios años, me encuentro con que la empresa, tras quedarme parapléjico, me tramita la invalidez para quitárseme de encima y que no encuentro empresa que me de trabajo por mi situación física y creo que por la política, me veo obligado, pese a tener una pensión de gran invalidez,  a estudiar Derecho para ejercer como abogado y tener un nivel de vida aceptable para la familia, mujer y tres hijos. Termino la carrera en 1989 y empiezo a ejercer de abogado en 1990 hasta la fecha.

En cuanto al Ayuntamiento, permanecí de Alcalde hasta el final del mandato en 1983 pese a que algunos componentes y “amigos” me dieron la espalda. En 1983, Felix Chico, maestro y compañero de luchas municipales antes de 1979, que encabezaba la lista como candidato a las municipales de 1983, me pidió que participara como independiente en su lista, cosa que hice ya que no militaba en ningún partido desde 1981, como he dicho. La colaboración con Felix ha durado hasta el 8 de julio de 2005, fecha en la que salí del Ayuntamiento para dar paso al relevo generacional. Durante todo este tiempo he permanecido como responsable de Urbanismo a la vez que de alguna otra área. En 1996 me afilié al PSC, partido al que pertenezco.