Juan González León (1903-1942)Por Francisco Ruiz
Acevedo Presidente de
Juan
González León nació en Lucena, provincia de Córdoba, el 6 de enero de 1903. Se
crió en la vecina localidad de Montilla, a la que se trasladaron sus padres
cuando él y sus hermanos eran niños. En Montilla, Juan se convirtió en 1931 en
Secretario de las Juventudes Socialistas y más tarde en Presidente de
La toma de Catalunya por las tropas
franquistas originó la trágica desbandada de unos 500.000 civiles y militares
que atravesaron la frontera con Francia. El trato dado por el país vecino a los
republicanos españoles fue impropio de un país democrático. Fueron
desarmados y conducidos a campos de concentración como Argelès-sur-Mer, Saint Cipryen o Barcarès, situados en playas, a la intemperie,
sin poder cobijarse y rodeados de alambradas, bajo la dura vigilancia de
gendarmes franceses y guardias senegaleses. El hambre, la falta de higiene, el
hacinamiento y la propaganda de los agentes franquistas ayudaron a que muchos
refugiados regresaran a España. Otros, los más afortunados, se exiliaron a otros
países. A mediados de 1939 se calcula que quedaron en Francia unos 200.000
refugiados españoles. Ante la proximidad de
En mayo de 1940, el
ejército alemán aniquiló por completo la defensa de
El 16 de septiembre
de 1940, Ramón Serrano Suñer, ministro de
Por Mauthausen pasaron unos 200.000 presos, de los que fallecieron alrededor de la mitad. Murieron en las cámaras de gas, en furgones equipados para gasearlos o en el centro de eutanasia de Hartheim. Eran también corrientes los experimentos médicos con los reos, las ejecuciones, el uso de perros para despedazar a los reclusos y los asesinatos por inyección letal y por la aplicación de duchas frías en invierno. Las condiciones de vida a las que se sometía a los presos, la alimentación deficiente y el trabajo en las canteras causaron una mortandad masiva. El suicidio por ahorcamiento o arrojándose a las alambradas eléctricas se convirtió en la única salida para muchos. La primera
expedición de españoles, compuesta por 392 hombres, llegó a Mauthausen el 6 de agosto de 1940. Hasta 1945 se registraron
entradas en este campo de exterminio, aunque la inmensa mayoría de españoles se
encontraban allí antes del verano de 1941. Al llegar se les colocaba un
triángulo azul que los marcaba como apátridas, con una S de spanier. Dos de cada tres presos españoles que acabaron en Mauthausen murieron antes de
la liberación del campo por las tropas aliadas. Según los datos recogidos por
los presos republicanos supervivientes, en Mauthausen se exterminó a 4.781 españoles, de los que
sólo 348 fallecieron en el campo central, 3.893 lo hicieron en el campo anejo de Gusen, situado a
Juan González León llegó a Mauthausen el 27 de enero de 1941, con el número de prisionero 5.942, junto a otros 1.505 republicanos españoles, entre ellos Francesc Boix, el fotógrafo catalán que testificó contra varios jerarcas nazis en el proceso de Nuremberg. Ese mismo día comenzó el traslado de prisioneros españoles de Mauthausen a Gusen, donde lo internaron el 17 de febrero, con el número 10.126. Allí murió, en la cámara de gas, el 11 de enero de 1942. Cinco días antes había cumplido 39 años. A su hermano Manuel González lo asesinaron con 32 años, el 25 de noviembre de 1941. Dolores, la esposa
de Juan, se enteró de la muerte de su marido el 8 de marzo de
A finales de la
década de los cincuenta la familia emigró a Catalunya y se afincó
en la localidad de Sant Joan Despí, donde aún residen en la actualidad. El hijo
mayor de Juan y Dolores, Francisco González Merino, se distinguió en
las huelgas campesinas de Córdoba y militó en el PCE y en el PSUC. Su hermano
Antonio tuvo una destacada participación en la huelga de
Tuvieron que pasar
60 años para que el Gobierno francés reconociera la importante participación de
los republicanos españoles durante
Francia se reconocía culpable de estas deportaciones, asumiendo su responsabilidad moral y económicamente. Estos huérfanos cuentan hoy en día con más de 65 años. Son pensionistas, con rentas bajas, que se han visto favorecidos por la decisión que tomó en su día el Gobierno vecino, y que supone una ayuda importante para afrontar su vejez. El autor de este artículo se ha emocionado al ver las lágrimas derramadas por estas personas mayores que, durante unos minutos, han rememorado todo el sufrimiento que les causó la falta del padre en la dura España de la posguerra. Ellos, que crecieron con el estigma de rojos, con penuria y miedo, pero también con dignidad, vieron en el acto del Gobierno francés un reconocimiento a su dolor y una compensación moral. Yo me pregunto si el gobierno español algún día tomará nota de esto, si resarcirá de algún modo a las víctimas del franquismo. En el aspecto moral, de momento no lo ha hecho, pues su proyecto de ley, a pesar de los pactos, es tan insuficiente que no alcanza a ello. En el tema económico las puertas se encuentran cerradas. De todas formas, qué vamos a esperar de un país donde muchos de sus representantes políticos no han sido capaces de condenar el franquismo, teniendo que pasar la vergüenza de que sea el Parlamento Europeo quien lo haga primero. Luego, desde la autoridad que creen poseer, algunos políticos nos hablan de democracia, sin embargo al hacerlo vacían de todo contenido una palabra tan importante para un país que sufrió una dictadura durante 40 años. No hay que olvidarlo. Fueron muchos los campos de concentración dentro y fuera de nuestras fronteras, mucho el sufrimiento y demasiados los muertos. Algunos pronto no tendrán quien los recuerde, aunque nosotros velaremos para que eso no pase. Juan y Manuel perdurarán en estas líneas.
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