Francisco Español Fernández

Soy un niño de la posguerra, nací el 11 de Noviembre de 1942 en Vigo, ciudad industrial del sur de Galicia, que posee la flota pesquera mas importante del país, así como otras ligadas al mar, astilleros, conserveras etc., pero también con implantación en otras actividades, siendo de las mas importantes Citroen del ramo de la automoción, es por tanto una ciudad con un fuerte componente industrial a la vez que una importante tradición sindical. Es aquí donde transcurrió mi infancia y donde realice mis estudios, los primarios en la escuela publica y en los Salesianos estudie Comercio, el equivalente del FP de administración actual. En la actualidad estoy jubilado.
Mi padre se quedo viudo cuando yo tenia 3 años y se volvió a casar, quedándome yo en casa de mi abuelos paternos, una familia normal de la época, católica, apolítica que hablaban poco o nada de la guerra y mucho menos de

la Republica. Todo lo contrario era la familia de mi madre, republicanos y de izquierdas, mí abuelo Manolo era al estallar la guerra un dirigente de la UGT de la construcción, siendo herido de un tiro en una pierna, en las manifestaciones de oposición al golpe de estado, que se hicieron el 18 de julio de 1936, en la Puerta del Sol de Vigo. Este abuelo es el que influyó de manera decisiva en mi toma de conciencia politica.Yo era su único nieto, recuerdo que trabajaba como albañil autónomo y nunca lo hacia el 1 de mayo, en aquellos años no era festivo, me iba a buscar a la salida del colegio y me llevaba a merendar.
Empecé a trabajar a los 14 años, en el taller de una fabrica de paraguas, donde estuve hasta que termine el servicio militar, con 22 años entré a trabajar en Citroen, que por aquel entonces empleaba cerca de 3000 trabajadores, era el año 1965 y en la empresa empezaban los primeros movimientos sindicales, aquí tengo los primeros contactos clandestinos con la oposición sindical, los embriones de CC.OO. Tengo que reconocer que por aquella época era un joven bastante radical, con contactos con grupos de la extrema izquierda, con poco arraigo entre los trabajadores, pero muy activos, en 1968 fui despedido de la empresa por un enfrentamiento verbal con un directivo a consecuencia de las condiciones de trabajo, sin contar con el apoyo de mis compañeros de taller por mi visceral radicalidad, pues no tenia en cuenta las condiciones que se daban en ese momento.Un año después en el marco de la negociación de el convenio colectivo se realizo la primera huelga de la fabrica Citroen en España.
Después de buscar trabajo durante un año, por Vigo y su comarca, encontrando solo cosas eventuales, puesto que las listas negras funcionaban y mucho en aquella época, decidí emigrar al extranjero, concretamente a Alemania, allí trabaje hasta el mes de julio de 1970, en la Karman-Gia, una filial de la Wolswagen que esta en el pueblo de Osnabruck. En Alemania estoy en contacto con grupos de oposición al franquismo, fundamentalmente con gentes del PCE y CC.OO.
Llegue a Catalunya el verano de 1970 con la intención de visitar a unos amigos e ir al fútbol a ver un trofeo Juan Gamper, ya que yo también por influencia de mi abuelo era barcelonista desde muy pequeño. Aconsejado por uno de los amigos que había venido a visitar, escribí a varias ofertas de trabajo que salían en la Vanguardia, una de ella era de la Solvay, en la que después de entrevistas y reconocimiento médico entro a trabajar el 19 de octubre de 1970.
Como he explicado anteriormente, en Catalunya solo trabaje en Solvay, (salvo unos días que trabaje con un prestamista de la construcción). Es una empresa Petroquímica que se encuentra en Martorell (Barcelona) desde principios del año 1970. Las condiciones de trabajo siempre fueron las prioridades de los comités de empresa, que fueron introduciendo a lo largo de los años a través de la negociación colectiva, hoy se puede decir que la situación es buena, tanto en la importante implantación sindical, como en las mejoras saláriales conquistadas, horarios, seguridad, higiene, siendo una de las primeras empresas del país que introdujo en la negociación mejoras relacionadas con el medio ambiente. Siempre tuve una relación muy buena con mis compañeros, fueron ellos parando la producción los que forzaron mi readmisión, después de un despido disciplinario en el año 1973.
Mis primeras protestas sindicales fueron a mediados de los 60 en Vigo, pintadas, pequeñas manifestaciones e intentos de concentraciones el primero de mayo, que casi siempre eran abortadas por la policía. En Alemania tengo contactos con grupos de oposición al franquismo, pero no es hasta  que decido quedarme en Catalunya, que no me organizo políticamente y lo hago en Bandera Roja, ese mismo año junto a dos compañeros formamos la primera Comisión Obrera de la fabrica Solvay.
En 1971 se celebran las primeras elecciones sindicales en la empresa, en la que nosotros siguiendo consignas políticas decidimos no participar. Al año siguiente se empieza a negociar el primer convenio colectivo, logrando que nos reconozcan una comisión de trabajadores, que forma parte de la comisión negociadora con el jurado de empresa, situación que se volvió a repetir en los siguientes convenios de 1974 y 1975.
El 29 de mayo 1974, en el marco de una revisión salarial del convenio colectivo tuvo lugar una huelga de 53 días, hasta el 19 de julio, en medio de la cual se desarrollo durante los primeros días de julio, la Huelga General de la comarca, en solidaridad con los conflictos de Elsa y Solvay y la negociación del convenio del metal de la comarca. En las elecciones sindicales de 1976, participamos consiguiendo que 30 de los 36 miembros del jurado de empresa perteneciesen a CC.OO.
Retrasada mi boda por la conflictividad laboral, esta tiene lugar en septiembre de 1974 con mi compañera Merced Fernández Rabinat de la que tenemos dos hijos. Merced, militante del PSUC fue concejala desde 1979 hasta 1987, jugando un destacado papel en la lucha por la liberación de la mujer.
A partir de aquí fui elegido en todos los comités de empresa de Solvay y pertenecí a todas las comisiones negociadoras del convenio. En la clandestinidad pertenecí a la permanente de la CONC y con el sindicato ya legalizado, he tenido diversas responsabilidades, miembro de la comisión ejecutiva comarcal, secretario general de la comarca de químicas, del consejo federal de Fiteca de Catalunya y España, del consell de la CONC, miembro de la comisión negociadora del convenio estatal de la Química, del comité Europeo y secretario general para España del Grupo Solvay.
Mis primeros contactos políticos fueron con grupos a la izquierda del PCE, en Alemania con grupos antifranquistas fundamentalmente del PCE y CC.OO. En Catalunya me organizo políticamente a principios de 1971 en Bandera Roja, siendo responsable de la zona norte y miembro del comité comarcal. En 1974 BR ingresa en el PSUC y yo fui escogido responsable político de Martorell hasta la legalización del PSUC en 1977. Desde 1983 hasta 1987 fui elegido secretario político del PSUC en S.Feliu de Llobregat y desde 1987 a 1993 presidente de ICV de esta ciudad.
La represión laboral ya la he explicado, en cuanto a la policial tuve bastante suerte con respeto a otros compañeros, no obstante fui detenido 3 veces, la primera en Vigo con solo 19 años en el intento de una manifestación, pasando 24 horas en comisaría, la segunda en Molins de Rei, durante la Huelga General de 1974 por lo cual me tuvieron detenido durante 2 días en la cárcel de S.Feliu y la tercera a finales de 1976 en Martorell donde la Guardia Civil, nos retuvo durante 3 horas por estar pegando carteles no autorizados.
De todo aquello lo que recuerdo era la incomprensión de policías y guardia civil, de cómo una persona con mi apellido, le hiciera el juego a los que ellos definían como los enemigos de España, como si el apellido o el origen tuviese algo que ver con las ideas de democracia y libertad. Sin embargo, a propuesta de la Unión Comarcal de CC.OO. del Baix Llobregat, mi nombre y apellido figura en una Plaza de Martorell, por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento, desde noviembre de 2002.
La influencia de las luchas obreras comarcales, tuvieron un papel importantísimo en la transición a la democracia y fueron un espejo donde se miraron la mayoría de los demócratas de todo el estado. En Catalunya estas aportaciones tienen  una gran importancia a la hora de definir la ciudadanía,  pues son los trabajadores los autóctonos y los venidos de fuera los primeros que hacen suyos los 3 puntos de la Asamblea de Catalunya, aquel precioso lema un icario de: LLIBERTAT, AMNISTIA Y ESTATUT DE AUTONOMIA.