ANTONIO ESPIGARES DONAIRE (1943-1992)

Por Sonia Espigares Martínez

En recuerdo de mi padre                                                                                                     

En plena posguerra nace Antonio Espigares Donaire, mi padre, segundo de los cuatro hermanos de la familia Espigares, en las Dehesas de Guadix (Granada) un 17 de Septiembre de 1943.
Terminada la guerra civil en 1939 el régimen dictatorial de Franco inició una cruel represión que duró hasta pocos meses antes de su muerte en noviembre de 1975. Su padre, Fernando Espigares, fue el primer represaliado de la familia al ser detenido y encarcelado por el único “delito” de pertenecer a la UGT durante el periodo de la II República. Se escapó de la cárcel y estuvo tres años escondido, al poco tiempo falleció.Su madre, Mercedes Donaire Viñeglas fue quien se encargó de criar a sus hijos a pesar del enorme esfuerzo que esto suponía en aquella época para una mujer viuda. Época de caciquismo en los pueblos andaluces, de miseria, hambre y represalias para los familiares de todos aquellos que defendieron la legalidad de la II República contra la sublevación fascista del 18 de julio de 1936.Mi padre con siete años empezó a trabajar cuidando animales, sólo en medio del campo, hasta que en el año 1955 la familia Espigares emigró a Reus, ya que si llegaban a la estación de Francia, en Barcelona, los detenían y devolvían a sus pueblos de origen. Tres meses después se trasladaron a Hospitalet de Llobregat concretamente a la calle Cornellà. El piso era una planta baja donde vivían seis familias. Cada familia disponía de dos habitaciones y la cocina era comunitaria. Al cabo del año, su madre (mi abuela) compró un terreno en les Planes de Sant Joan Despí y allí construyeron entre toda la familia un bloque de pisos, que existe hoy día, en la calle San Antonio.El primer trabajo de mi padre, en Barcelona, fue a los catorce años como aprendiz mecánico en Talleres Juan Fusté. Su encargado, Enric Flavià dice de el: yo lo recuerdo como un chico inquieto, lleno de alegría, muy servicial y con grandes deseos de aprender un oficio. Explica de forma anecdótica como un día tuvo que reprenderle porque cuando iba a buscarle el desayuno a su casa puso sus manos de mecánico en el blanqueado de la escalera (no lo volvió a repetir). O como otro día le pidió que al ir a buscarle el desayuno se pasara por el Centro Cultural y le llevase “una señorita” (son unos puritos pequeños), a lo que él le respondió que no le iba a traer ninguna señorita ya que era un hombre casado. También explica que le compró el traje para que hiciese su primera Comunión ya que su familia no disponía de medios.Mi padre era una persona inquieta  por aprender y le encantaban los libros, la poesía y la lectura. A los 15 años estudió en la Escuela Industrial y se sacó el titulo de Mecánico Matricero.El 15 de Agosto de 1969 se casó con mi madre, Trinidad Martínez Torrijos y fruto del matrimonio nacimos mi hermana Ana y yo. Fuimos residentes en  Les Planes de Sant Joan Despí hasta que en el año1987 nos trasladamos a Cornellà de Llobregat.El 29 de Septiembre de 1966 empezó a trabajar en Fergat Española, S.A, dedicada a la fabricación de llantas de ruedas para todo tipo de vehículos.En el año 1971 tras la campaña realizada por CC.OO. y ante las elecciones sindicales convocadas por la CNS, se presentó y salió elegido jurado de empresa lo que le permitió el contacto con Juan Ramos (elegido Presidente de la UTT de Cornellà en el año 1972), Esteban Cerdán Francés (Vicepresidente de la UTT de Cornellà), García Sánchez (Siemens), Alfonso Pino (Plasmica), Claudio Pérez (T. Mata) y Andrés Márquez (EMRSA) ,entre otros, todos ellos eran miembros de la Unión de Técnicos y Trabajadores del Metal de Cornellà y posteriormente, con los metalúrgicos de la comarca como Antonio González (Tuperín), Francisco Guerrero (Metrón), Josep Coscubiela y Francisco Ruiz (Cerdans), José Cano (Matacás), Antonio Plata (Roca) y posteriormente con Juan Muñiz (Construcción), Jesús Garrido y José Fuentes (Pirelli), José Padilla (C. Papiol), Fernando Cerdá (Papelera Española), José Mª Luque (Elsa), entre otros muchos. Todos ellos eran del PSUC excepto José Mª Luque que era de UGT.También conoció a Manuel González, Antonio Calero, Simón Ródenas, José Vega, Fco. Gamero, Luis Escartín “El Maño” y Ramón Rulo. Estos dos últimos no pertenecían a ninguna organización, pero jugaron un papel destacado en la huelga general de enero de 1976.Según su camarada y amigo Esteban Cerdán, mi padre era una persona entrañable y estaba comprometido en la lucha por la defensa de los intereses de la clase obrera. Formaba parte de esa vanguardia de dirigentes obreros de las CC.OO. del Baix Llobregat, jugando un importante papel en el desarrollo del nuevo movimiento obrero de la comarca y líder indiscutible de la empresa Fergat. Siempre que la Coordinadora de CC.OO. del Baix Llobregat llamaba para acciones solidarias o reivindicativas, la Fergat siempre respondió. Este dato tiene una significación muy importante porque para llegar a la realización de un paro en las empresas por motivos solidarios, reivindicativos e inclusos políticos había que realizar un trabajo de concienciación permanente en el marco de la empresa que sólo lo hacían militantes obreros como él.Cerdán me explica que hay una fecha de la cual conserva en su memoria la figura de mi padre, fue la mañana del día 3 de diciembre de 1974, cuando llegó al sindicato en mangas de camisa y desabrochado todo el pecho, tal y como todos lo recordamos, como él iba siempre, cuando se estaban concentrando para decidir la respuesta que iban a dar a la criminal operación que la Brigada Político Social había realizado la noche anterior al detener a 24 compañeros en el Baix Llobregat, todos de CC.OO. y del PSUC. Esa mañana la voz de mi padre se elevó, junto con otras, proponiendo que había que responder de forma rápida y contundente a tal provocación. El paro de veinticuatro horas, convocado para el día cinco de diciembre desde las mismas entrañas del Sindicato fascista contra la política económica del régimen, se convirtió en una huelga general en donde 30.000 trabajadores salieron a la calle exigiendo la libertad de los detenidos. Durante la huelga de Laforsa (noviembre de 1975, febrero 1976) los trabajadores de Fergat hicieron cinco recolectas solidarias que sumaron cerca de 30.000 pesetas de las de entonces, por lo que era indudable que la participación de mi padre era decisiva en la solidaridad con otras empresas y con ello contribuir a la resistencia en la lucha de los trabajadores de otras empresas.Miguel Arróyez, compañero de trabajo de mi padre y enlace sindical, me comenta que fueron muchas las recolectas que mi padre organizó. Recuerda con nostalgia a mi padre a la hora de finalizar la jornada laboral, colocándose junto al reloj de timbrar para que nadie escapara de su aportación económica.Según Arróyez, mi padre estaba continuamente dedicado a la defensa de los intereses de los trabajadores. Siendo Delegado Sindical los compañeros veían en él la persona a la cual podían explicar sus problemas, los intentaba solucionar a veces incluso pleiteando con la dirección de la empresa. Era muy apreciado por sus compañeros.Estéban Cerdán comenta que mi padre fue uno de los mejores asesores sindicales que en CC.OO. de Cornellà tuvieron, tanto en el sindicato vertical, donde los trabajadores le consultaban a él más que a los abogados verticalistas y posteriormente ya en la legalidad, en la Unión Local de CC.OO. de Cornellà. En ese sentido se atreve a hacer una afirmación que no descalifica a nadie pero destaca el quehacer cotidiano de mi padre, esta es, que algunos abogados novatos en los primeros pasos de la legalidad del sindicato tuvieron en él, un buen maestro que indudablemente les ayudó a ejercer el derecho laboral desde una perspectiva de clase acompañada del conocimiento que tenía de la legislación vigente. Esteban remarca que los dos abogados que trabajaron en la Unión Local de CC.OO., Alfredo Souto y Manuel Agustín, podrían ratificar esta apreciación.Alfredo Souto, conoció a mi padre en el año 1975, en el despacho laboralista de Albert Fina situado en la calle Federico Soler de Cornellà de Llobregat donde él y otros compañeros suyos de la empresa Fergat acudían con la relativa frecuencia que requería las vicisitudes concretas de su actividad sindical en la empresa, en representación de las entonces ilegales CC.OO.Tras la legalización de las centrales sindicales la relación de ambos se hizo diaria pues Souto se integró en la asesoría de CC.OO. de Cornellà de Llobregat y mi padre hizo lo propio en condición de asesor sindical.Según Alfredo Souto, desde 1978 a 1982 (años en los que coincidieron en el Sindicato) nadie le superó en eficiente dedicación y entusiasta apoyo a la estructura de asesoramiento sindical en CC.OO.  Fue un pilar esencial en la actividad de asesoramiento que prestaban a los numerosos afiliados de CC.OO. Alfredo me comenta que fue un excelente compañero y con el tiempo amigo, su trabajo era constante, eficiente y entusiasta. El cariño se fraguó en los despachos y en las comidas a las que mi padre le invitaba, en su casa de les Planes de Sant Joan Despí, donde se le veía enormemente orgulloso con su mujer y sus hijas, entonces pequeñas.Alfredo Souto me dice: Yo siempre ví a tu padre como un hombre feliz, enamorado y entregado a su familia y un leal amigo de sus amigos. Su familia y los amigos daban sentido y fuerza a su vida. De ese sentimiento y el gusto por estar con los suyos, Alfredo siempre pensó que tenía un cierto despego por asistir a las “reuniones importantes” o estar en los “sitios” y momentos oportunos para “prosperar” en el mundo sindical o político. Simplemente hecho el trabajo, prefería irse con las personas que le hacían feliz, su mujer y sus hijas. Mi padre nunca cobró un duro por todo el trabajo y dedicación de asesoramiento sindical realizado en CC.OO., trabajo con un fuerte componente profesional y diario. Fue un amigo respetado y entrañable.Desde que el movimiento socio político de Comisiones Obreras se constituyó en Sindicato en 1978, Antonio Espigares trabajó cotidianamente en la Unión Local de Cornellà y en la segunda conferencia de esta Unión realizada en enero de 1980, pasó a formar parte de la Comisión Ejecutiva en el área de acción sindical y asesoramiento, hasta que en el año 1983 la Unión Local de CC.OO. de Cornellà fue disuelta por la Unión Comarcal. Contra esta decisión, mi padre también se posicionó en contra igual que lo hicieron la mayoría de los afiliados.Debe constar que a pesar de esta contrariedad, mi padre continuó asesorando a los trabajadores de forma militante porque esta tarea tan necesaria para la resolución de los múltiples problemas que sufrían los trabajadores estaba, según él, por encima de los problemas internos del sindicato. Según Simón Ródenas, camarada y amigo, se conocieron en las asambleas de Enlaces y Jurados de la UTT (Unión de Técnicos y Trabajadores del Metal de Cornellà). Dice textualmente de mi padre: Sus intervenciones en las asambleas de trabajadores eran cortas, precisas, clarividentes, propias de un destacado dirigente sindical con ideas propias, que eran escuchadas con respeto.  Dada la inquietud de mi padre en defensa de los trabajadores y su fácil acceso al conocimiento de los derechos de los trabajadores contra los abusos de la patronal, le llevó a ser un punto de referencia para los metalúrgicos y otros ramos de la producción de Cornellà y del Baix Llobregat, así como una opinión necesaria en todas las materias. Combinaba a la perfección la estrategia de CC.OO. de la utilización de las posibilidades legales en el interior del Sindicato fascista, impuesto a los trabajadores en 1940, recién terminada la guerra civil con la victoria del glorioso movimiento nacional acaudillado por Franco con el soporte de la Iglesia Católica.Su defensa de la participación de los trabajadores en las Asambleas de fábrica fue una constante como herramienta de fortalecimiento de la conciencia de clase y como medida preventiva  contra los dirigismos alienistas, el hablar sin tapujos haciendo partícipes a todos de sus problemas, les hizo trabajar codo con codo, primero en la UTT (Unión de Técnicos y Trabajadores del Metal) y posteriormente en la creación del Sindicato de CC.OO. donde fue su secretario de Acción Sindical.Como dirigente de Fergat participó en la lucha solidaria contra los despidos y detenciones, por los convenios colectivos de empresas y el convenio comarcal del metal para mejorar las condiciones salariales y de trabajo, por las reivindicaciones sociales y por las libertades sindicales, democráticas y nacionales de Catalunya. Su conocimiento práctico y teórico de las leyes que afectaban a los obreros le llevó a discutir de tú a tú con abogados, asesores sociales y laborales.Tuvo un gran disgusto cuando en un acto de conciliación de un trabajador que él representaba, el que representaba al empresario, era un antiguo colaborador suyo en el sindicato, Francisco Gamero de Laforsa.Simón Ródenas recuerda también el día 3 de diciembre de 1974 cuando las detenciones en la comarca, con motivo de la preparación de un paro general de 24 horas en protesta contra la carestía de la vida, mi padre fue uno de los primeros en acudir a la concentración de los enlaces y jurados de la comarca, en la delegación de Cornellà y desde el momento en que llegó se dedicó a convencer a unos y a otros de la necesidad de dar una respuesta contundente inmediata, respuesta que se dio. La policía presente dentro del sindicato se percató de su actuación aquella mañana. Aquel día si es que no lo estaba ya quedaría fichado en la larga “lista negra” que la policía, los jerarcas verticales y empresarios tenían de los luchadores antifranquistas.Fueron muchas las huelgas que se llevaron a cabo en la Fergat con la idea de conseguir un sueldo digno y unas mejores condiciones de trabajo. En una de las huelgas que se convocaron en el año 1978 se encerraron en el terrado de la empresa y pasaron allí dos días y una noche. Recuerdo (entonces yo tenía 3 años) como mi madre y yo íbamos a la Fergat y mediante una cuerda que lanzaban desde el terrado le subíamos la comida a mi padre. En otra huelga convocada por los trabajadores de la Fergat encerraron en la empresa al director general, Egurvide. En el año 1969 ingresó en el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) y durante las primeras elecciones municipales en 1979 formó parte en la candidatura del PSUC.También se reunía en la clandestinidad con sus compañeros y camaradas, a veces en su casita de campo, otras veces en la montaña.Manuel Campo Vidal me comenta que recuerda a mi padre casi siempre enfundado en la chaquetilla de la Fergat, pero no solo luchaba por los derechos de los trabajadores en la fábrica sino que también se preocupaba por mejorar las condiciones de vida en su barrio, en Les Planes, desde la Asociación de Vecinos.Luis Campo Vidal recuerda a mi padre como uno de los hombres más honestos que conoció. Comenta: Tu padre nunca aspiró a ningún reconocimiento por su arriesgado esfuerzo. Manuel Campo opina: el mejor reconocimiento al que podía aspirar tu padre ya lo ha conseguido, el de su hija empeñada en saber y en que se sepa su abnegada lucha a favor de los intereses de la clase obrera y contra la feroz dictadura de Franco. Fue cofundador de la Asociación de Vecinos de Les Planes de Sant Joan Despí y durante dos años Presidente de la Asociación de Padres y Alumnos del colegio Joan Perich Valls.Desde el año 1980 hasta el año 1990 fue Presidente de la Asociación de Vecinos de la Urbanización “Can Coral” situada en Torrellas de Foix. Luchó contra el Promotor, Urbanismo y el Ayuntamiento de Torrellas de Foix  para una mejora digna de la urbanización. Consiguió el arreglo y asfaltado de muchas de las calles y carreteras, la recogida de basura por parte del ayuntamiento y logró formar una comisión de Fiestas.En Enero del año 1982, mientras mi padre trabajaba en la Fergat, tuvo un accidente de trabajo. Una pieza de gran tonelaje le cayó en el pie y tuvieron que llevárselo urgentemente a la mutua. Sería el comienzo de su enfermedad ya que a raíz de ahí, al no realizarle una buena cura en la mutua se le complicó.El 30 de Abril de 1982, a causa de su enfermedad, dejó de trabajar en la Fergat pero a pesar de ello mi padre continuó ayudando y asesorando a los que habían sido sus compañeros de trabajo. En Julio del año 1986 la empresa entró en crisis y tras una larga lucha de los trabajadores cerró. Franco no solo ejerció una política de exterminio durante los cuarenta años de dictadura sino que después de su muerte dejó al país sumido en una larga crisis económica que los trabajadores padecieron durante más de una década. Durante los años 1987-1992 colaboró en la Asociación de Vecinos de Fontsanta- Fatjó.Desde el año 1981 hasta el año 1992 pasó por 29 operaciones. Mantuvo hasta entonces una admirable entereza a pesar de las crudas circunstancias en las que transcurrieron sus últimos años. Afrontó la enfermedad con gran valentía y fortaleza, atributos que le caracterizaban. El 19 de Septiembre de 1992 falleció en su casita de campo de la urbanización “Can Coral”. Este día lo recuerdo como el peor día de mi vida pues admiraba y adoraba a mi padre, dejando desde entonces un enorme vacío a su esposa y a sus dos hijas.Mi padre sigue vivo en nuestros corazones. Actualmente es abuelo de dos nietas, de mi hija Gisela y de mi sobrina Nerea. Algún día leerán la biografía de su abuelo y estoy completamente segura que sentirán un enorme orgullo como el que siento yo en este momento. No puedo ni debo terminar esta semblanza biográfica de mi padre sin tener un recordatorio de mi madre Trinidad Martínez. Durante los 11 años del padecimiento de mi padre paso el calvario junto a él, apoyándole y cuidándole en todo, dada su grave disminución física al faltarle los dos  brazos y las dos piernas, que le amputaron en un intento de cortar la grave infección contraída.  Para terminar deseo expresar mi agradecimiento a la Asociació per a la Memoria Histórica i Democràtica del Baix Llobregat por rescatar del olvido y del anonimato a tantos luchadores antifranquistas que lo dieron todo a cambio de nada. Este libro, Peatones de la Hitoria del Baix Llobregat, al igual que la I parte del mismo, reflejan las vicisitudes por las que pasaron casi de un centenar de hombres y mujeres durante la guerra civil y posteriormente en la larga dictadura de 40 años de Franco. Como dice su Presidente Paco Ruiz: las nuevas generaciones no tienen que agradecernos nada pero deben saber del falseamiento que hizo el régimen franquista de la historia de nuestro país y de los sacrificios que hicieron los trabajadores del Baix Llobregat para que hoy disfruten de un mayor bienestar en libertad.> Gracias, repito, por este reconocimiento de dignificar la memoria de mi padre. Hasta siempre, nunca te olvidaré.